Deseas ser la responsable de tu vida.

Sabes la importancia de ser responsable de tu vida.

Estás decidida a tomar las riendas y ser la única dueña de tus decisiones.

Pero posiblemente existen dos problemas.

El primero es que no saber cómo hacerlo.

Y el segundo y el que desde mi perspectiva es el más grave, no saber lo que significa realmente ser una mujer responsable de su propia vida.

 

¿Qué significa ser la responsable de tu vida?

 

Pienso que tenemos una gran confusión.

Creemos, equivocadamente, que la palabra RESPONSABILIDAD viene acompañada con trabajo, dificultad, seriedad, complicaciones, discusiones con otros… y qué se yo cuantas cosas más.

Pero no es así.

En realidad, la palabra RESPONSABILIDAD debe ser relacionada con PODER.

Es decir;…

…cuando tú te conviertes en la responsable de tu vida, significa que adquieres el poder sobre tu vida.

Y curiosamente, ‘poder’ es algo que sí estás interesada en tener.

Es así que cuando aceptas el reto de ser responsable de tu vida, muestras que eres una mujer que se siente capaz y que tiene la voluntad de decidir.

Y esto no es para todas.

Únicamente aquellas mujeres que tienen control sobre sus pensamientos, emociones y comportamientos son mujeres con capacidad de tomar decisiones positivas hacia sí mismas.

Es decir, pueden asumir el mando sobre sus vidas.

Y ya que tú también quieres esto, déjame guiarte para que lo consigas.

 

Las ventajas de ser la única responsable de tu vida

 

La principal ventaja de ser la responsable de tu vida es que aceptar este reto, te regalas la oportunidad de construir la vida que tú quieres tener.

Imagina lo siguiente:

Imagina que escoges construir la vida con la que sueñas, tomas la decisión de atreverte y aceptas el control de tu vida.

Como resultado, tu estrés se reduce porque ya no estás a la expectativa de algo o de alguien.

Tampoco tienes ansiedad por saber qué va a ocurrir contigo. Sino que te concentras en hacer lo que está en tus manos para alcanzar lo que deseas.

Ahora imagina también que esta decisión te ayuda, como efecto secundario a mejorar tus relaciones personales.

Claro que sí!

Estás menos ansiosa y estresada y has dejado de esperar que las soluciones caigan mágicamente del cielo. Por supuesto que eso mejora tus relaciones ya que decides concentrarte en lo que es verdaderamente importante.

Y lo mejor de todo es que cada paso que avances es tuyo.

Es tu satisfacción interior y te va a permitir mirar tu futuro con verdadero optimismo.

Así es,…

…ser la responsable de tu vida te abre el camino para que tú decidas en qué dirección y a qué velocidad encaminarte.

Pero si todo esto suena tan fácil y bonito…

¿Por qué es que no lo estás haciendo?

 

La principal barrera que te impide tomar las riendas de tu vida

 

¿Por qué es tan difícil tomar tus propias decisiones?

¿Por qué cuesta tanto atreverte a aquello que sabes que es necesario?

¡Sobre todo, considerando que el resultado se supone que se siente realmente bien!

Pero aún así no todas las mujeres deciden tomar las riendas de sus vidas.

¿Por qué tantas mujeres prefieren pasar sus vidas quejándose de su trabajo, su pareja, sus hijos, su jefe, sus vecinos, sus amigas, etc en lugar de hacer algo al respecto?

Te responderé muy sencillamente:

Es más fácil quejarse que cambiar.

Y cuánto más te quejas, más confirmas que no puedes hacerlo y más información recolectas para justificarte.

Sí, cuando te quejas de tu vida pero no haces nada al respecto creas un estado de conformismo atroz e ira.

Te sientes herida y guardas resentimiento e indignación supuestamente “justificada”.

¡Oh qué fácil es caer en las justificaciones!

Especialmente si es que no tienes claro qué es lo que quieres alcanzar.

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Cuando no sabes qué es lo que quieres, das mayor prioridad e importancia a “tener la razón” y ni siquiera aprecias el “soy feliz”.

Y entonces buscas ‘lavarte las manos’ culpando a otros.

Culpas a otra persona, cosa o circunstancia, te conviertes en la víctima de tu propia historia y te convences de estar en lo correcto.

Así se pasa la vida.

Queja por aquí, queja por allá y en muchos momentos esta práctica da comodidad y crees que con ello eliminas la amenaza percibida por tu ego cuando estás equivocada.

Cuando en realidad lo único que has logrado con esto es liberarte con poco esfuerzo de toda responsabilidad y tener la sensación aparente y momentánea de calma unida a un crecimiento de tu ego ya que has logrado que otra persona u cosa sean las culpables

De seguro que moverás la cabeza afirmativamente.

Sabes que evitar la responsabilidad es conseguir un alivio, un escape de la aparente incomodidad de estar equivocada.

Pero esto es temporal.

A largo plazo esta actitud hacia tu vida te generará el estrés crónico unido con el no tener control absoluto de tu propia vida.

Y esta actitud te llevará al final a poseer amargura, cinismo e ira con todo lo que te rodea y contigo misma.

Todo un círculo vicioso destructivo.

Así que deja de culpar a los demás y de buscar tener la razón y concéntrate mejor en ser la responsable de tu vida para construir tu propia felicidad.

 

Cuánto poder e influencia tienen los demás

 

En este punto, tengo que hacerte la pregunta clave:

Si no eres responsable de cómo te sientes,…

…entonces ¿Quién lo es?

Si tú no eres responsable de tus acciones,…

…¿Quién lo es?

Veamos si alguna vez te has sentido o has pensado algo similar a lo siguiente:

“Me siento así por lo que mi pareja me dijo”

“No puedo hacer nada diferente, mi comportamiento es una reacción a lo que mis hijos hacen.”

«Es imposible sentirme motivada a ser mejor con los colegas que tengo»

 

¿Te sientes identificada?

 

Porque si es así, es momento de comprender que estás equivocada al pensar así.

Ni la pareja, ni los hijos, ni los colegas tienen el poder de dictar que actitud tú vas a tener a lo largo de tu día

Además,

¿No crees que esa sea una manera extremamente estresante de vivir?

Ver tu vida pasar frente a tu ojos creyendo que todo el mundo tiene que cambiar para que tú finalmente tengas la oportunidad de ser feliz.

Perdiendo el tiempo quejándote de tu pareja, de tu jefe, de tus hijos, de tu trabajo, de cómo la vida es horrible e injusta…

¡No!

En lugar de eso, tú deberías dedicar tus pensamientos y energías a proyectos verdaderamente importantes.

Deberías dedicarte a ti.

Y esto también aplica viceversa.

Tú tampoco eres la responsable por construir la felicidad de nadie.

No tienes ni el poder, ni la obligación de hacerlo.

Por el contrario, al intentar asumir esa responsabilidad únicamente estarás privando a quien amas a desarrollar su capacidad de construir su propia felicidad.

Comprende…

El resto de personas no tiene el poder de llenar tus vacíos y preparar el escenario perfecto para que tú seas feliz.

Ni tampoco tú tienes el poder de hacerlo por los otros.

La pareja, las amigas, la familia, los hijos, los colegas, todos están presentes en tu vida únicamente para que tú compartas tu felicidad y te desarrolles acorde a los desafíos a los que te enfrentas.

 

Disfruta del poder sobre tu vida

 

Ser la responsable de tu vida te da el poder de escoger ser feliz.

Tú eres la dueña de tus decisiones, solo tú sabes lo que deseas sentir y muy dentro de ti tienes el poder de lograrlo.

Atrévete a vivir tu vida en lugar de permitir que otros la vivan por ti.

Disfruta de lo que tú quieres en lugar de buscar satisfacer cualquier expectativa externa.

Toma el control, respira muy profundo y escoge tu rumbo y la velocidad a la que quieres ir.

Elimina la culpa y elimina las excusas escuchándote a ti misma cuando hablas.

¿Echas la culpa a otras personas cuando no salen las cosas como se ha planeado?

¿Te encuentras señalando con tu dedo a tus compañeros de trabajo, a la influencia externa, a cómo te criaron tus padres, a la poca cantidad de dinero que ganas, a tu pareja, a tus hijos, a tus amigas, etc?

¿Buscas excusas por objetivos incumplidos o tareas que no pudiste terminar a tiempo ya sea en tu trabajo como en tu hogar?

Analiza tus conversaciones internas y si puedes escuchar tus patrones de echar la culpa, también los puedes parar.

Te aseguro que lo puedes lograr.

El valor de ser responsable de ti misma es inmenso y llega a todos los aspectos de tu vida.

Las ventajas de decidir ser quien tú quieres ser trasciende tu edad, tus creencias y experiencias.

Y sobre todo, quiero que lo interiorices, es una decisión constante de amor y de respeto hacia ti misma.

Te darás cuenta del porqué es importante ser responsable de tu propia vida.

Sólo al ser responsable de tu vida descubrirás lo satisfactorio de sentir una vida de plenitud, de amor y con mayor sentido de madurez personal.

Dime,…

¿Qué piensas tú ahora acerca de ser la responsable de tu vida?

Déjame un comentario con tu respuesta.

Saludos,

– Mariela Sánchez