En estas palabras quiero compartir mi experiencia de empoderamiento al cambiar mi dialogo interno desde el triunfo o logro y no desde el dolor y la queja.

Hacerlo cambió la definición de mi misma y así aprendí a dejar de ser víctima y en lugar de ello tomar el poder que tengo sobre mi vida.

Y te cuento mi experiencia porque quizá tú también quieres hacerlo.

Desde ya te digo, todo radica en la comunicación que mantienes.

Tu dialogo interno tiene efectos notables en la forma en la cual construyes tu vida y manejas los retos y desafíos.

Recordemos que existe una correlación entre como hablas, piensas, sientes y actúas. Relación entre el pensamiento y la emoción.

Cambiar el dialogo interno te permite conectar con tu fuerza interior y te capacita para salir de situaciones que requieren decisiones.

Sin decisión, no hay logro y sin logro no hay satisfacción de saborear la victoria o triunfo.

Sin dialogo interno adecuado no hay futuro alentador.

Por todo ello, es importante tomar conciencia de la voz interior y hacer el esfuerzo para que el dialogo interno sea siempre desde el logro o triunfo y no desde el victimismo o queja.

También quiero resaltar lo importante que es hablarte con la verdad y reconocer que no podemos controlar todo.

Si no delegamos, no avanzamos y dejamos de ser fiel a nosotros mismas, suena sencillo, pero yo lo había dejado de hacer y tuve que re-aprender a hacerlo.

Créeme, requieres delegar.

Postergando la toma de decisiones que nos ayudan a lograr las metas o a resolver problemas dejamos de construir la vida que queremos y merecemos.

La solución llega con una perspectiva objetiva, sobre aprender a tomar el control de lo que se puede, delegar lo que se necesita y enfocarte en lo importante.

Yo te puedo asegurar que instaurarse en el sufrimiento y victimismo es inútil.

¿Y quién soy yo?

Yo soy Maribel y comparto estas palabras contigo después de haber participado en el programa de coaching de Mariela Sánchez «La Liga de Mujeres Excepcionales» y durante ese tiempo haber descubierto que puedo tomar el poder de mi vida y vivir como yo lo deseo.

Soy mama soltera de dos preciosos niños de 4 y 5 años y medio, quienes cada día me enseñan la importancia de ver el mundo con ilusión, curiosidad, entusiasmo y ganas de descubrir y aprender, sin ideas preconcebidas o prejuicios, sin rencor o resentimiento, aportando una gran apertura de miras.

Durante mas de 15 años fui una mujer dedicada enteramente a mi profesión, de compradora de material de producción y sin grandes responsabilidades familiares.

Trabajé en tres grandes multinacionales americanas de automoción desempeñando puestos relevantes en Alemania y España.

Este trabajo me permitió viajar y conocer muchas personas diversas y países, lo cual me enriqueció enormemente a nivel personal y profesional, aportando una gran perspectiva y espíritu critico.

Me consideraba una mujer empoderada que conseguía todo lo que se proponía, que confiaba en sí misma, en sus capacidades y habilidades, que conocía sus puntos fuertes y débiles que y estaba orgullosa de sus logros y de sí misma.

A partir de mi maternidad mi identidad y rol de mujer ejecutiva cambio al rol de madre.

Hace dos años, mi madre enfermo de Alzheimer y mi vida se enfrento al desafío de tener dos niños muy pequeños, que solo dependían de mí y a ser la cuidadora principal de mi madre.

La preocupación y tristeza de la situación me invadió y la carga de trabajo sobre mi persona fue aumentando notablemente.

Antes de llegar a esta situación familiar yo solía ser una persona positiva, luchadora, creativa, ilusionada, entusiasta y me transforme en una persona desmotivada, desilusionada, cansada, sin energía, agobiada, estresada, ansiosa.

Y llegó un momento en el cual toqué fondo y supe que tenia que salir del circulo vicioso del victimismo, queja y desanimo en el cual me había instaurado.

Pero cómo romper con el vicio del victimismo tan anclado en mí, te lo contaré a continuación.

 

La comunicación interna te determina.

 

El cambio que me permitió pasar del victimismo a tomar control positivo de mi vida fue cambiar mi voz interna.

La voz interna o dialogo interno es fundamental ya que el cambio se produce al hablar desde el logro o triunfo y no desde el dolor o sufrimiento.

La comunicación interna te determina y predispone al resultado y conforma tu vida.

Es tu decisión seguir con ese habito nocivo de ponerte a ti misma como víctima o tomar las riendas de tu vida y afrontar decisiones.

Yo aprendí que es fundamental un dialogo interno sano, alentador. Se trata de hablar desde el logro y triunfo y no tener una voz interior que alienta el desanimo, la queja y el dolor.

Una correcta comunicación interna te predispone a encontrar la solución de los problemas, a pensar, sentir y actuar adecuadamente para sentirte capaz de decidir, resolver y avanzar.

Cuando la enfermedad neurodegenerativa de mi madre afloro de un modo muy patente, me vine abajo y adquirí el mal habito o vicio de hablar desde el dolor y no desde el logro o triunfo.

¡Y claro que tenía mucho dolor desde el que expresarme!

Claro que tenía motivos para mantener un dialogo interno negativo.

Me sentía mal y sin ser consciente me veía víctima de las circunstancias, pero esto no me conducía a nada alentador ni constructivo. (Claro que esto lo comprendí mucho después)

Durante el tiempo de ese malestar yo procrastinaba.

No me sentía capaz de decidir y no podía liderar mi vida.

Me veía incapaz de gestionar y resolver la situación adecuadamente.

Era imposible para mí tomar distancia y tener buen criterio y capacidad de análisis. No encontraba el camino para plantear la situación con objetividad y pragmatismo.

En lugar de ello escogía (inconscientemente) sufrir y hablar desde el dolor, pero ahora comprendo que hacerlo es inútil y tóxico.

Este estado de víctima supone una sobrecarga de pensamientos que te estancan. Te hace entrar en bucle. Te maltrata.

Para inicios del 2021 perdí por completo la conexión con mi fuerza interior y no confiaba en mis capacidades.

Estaba literalmente bloqueada y mis pensamientos eran repetitivos, negativos y casi obsesivos.

Me encontraba perdida, triste y desanimada y a veces muy estresada.

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Pensaba, actuaba y sentía alimentada de pensamientos derrotistas.

Estaba atrapada en un negativismo, victimismo donde mi voz interior me traicionaba a mí misma y boicoteaba porque siempre hablaba desde el dolor y desanimo y no desde el triunfo o logro.

Por fortuna todo eso acabó cuando tomé conciencia y desee sinceramente una transformación.

 

¿Por qué romper con el victimismo?

 

Te lo diré de manera directa.

El victimismo te impide analizar la situación con distancia emocional y criterio e impide avanzar y resolver.

Podemos elegir instaurarnos y vivir en el dolor, sufrimiento, victimismo o cambiar la actitud y perspectiva, lo cual supone tomar conciencia de este mal habito y empezar a hablar con un dialogo mas sano, alentador y positivo.

Es una decisión entre seguir sufriendo o dialogar positivamente, recuperar la fuerza interior y decidir cambiar y resolver aquello que te oprime.

La comunicación interna claramente te determina.

Os relato mi experiencia:

Entre a formar parte de “La Liga de Mujeres Excepcionales”, donde un grupo de chicas hablábamos de nuestras inquietudes, donde Mariela nos dirigía como coach y orientaba a reflexionar, hablando de temas diversos de desarrollo personal.

De repente, tome conciencia de la situación, fui consciente de la forma de expresarme, en definitiva; de mi dialogo interno. De hecho, llegó un momento en que me sentí ridícula hablando desde la emoción negativa y sufrimiento porque sonaba agotador y tedioso.

Demasiado repetitivo mi discurso…

Este cambio de enfoque y forma de abordar la situación que estaba viviendo tuvo un impacto muy positivo en el análisis del problema y búsqueda de la solución. No podía seguir boicoteándome a mí misma. Tenía que hablarme con la verdad y en positivo.

Os cuento como fue exactamente:

En una de las sesiones hice exposición de mi problema y dije que tenia claro de que debía de quitarme carga y delegar y dejar de intentar ejercer el control en todo. Yo sola no podía con todo. Era obvio.

Una de las chicas de repente, después de varias sesiones, dijo:

‘¿y por qué no lo haces si es que lo tienes tan claro? ¿Qué es lo que te paraliza?’

Ella me dio una especie de “sacudón” y tomé conciencia de que había entrado en el circulo vicioso del victimismo.

Sesión tras sesión solo me quejaba de mis circunstancias y ya no quería seguir así.

 

¿Cómo romper con el victimismo?

 

Pero,…

…¿cómo romperlo? Estaba claro; actuando, tomando decisiones que te permiten avanzar, resolver y aligerar carga.

Me costaba decidir pero era claramente la única salida.

Ahí fue cuando dejé de quejarme y tomé una importante decisión: delegar mi función de cuidadora en otra persona.

Actualmente mi madre que tiene una dependencia moderada dentro de la patología de Alzheimer, acude a sesiones semanales de estimulación cognitiva para mantener sus facultades y hemos contratado una chica que le acompaña por las mañanas lo cual resuelve el tema de que este correctamente atendida y estimulada.

Este logro me alivió mucho, pues sentí haber conseguido tomar la decisión adecuada.

La evolución de su enfermedad es estable.

Tiene mucha más autonomía y apoyo.

Y yo me permití el tiempo para dejar de verme desde el problema y empezar a concentrarme en las soluciones.

Y que bien que se siente ver soluciones y disfrutar de la satisfacción de los logros diarios por más pequeños que sean.

Al recuperar mi fuerza interior y ser dueña de mis capacidades me sentí plena y feliz.

Lo que quiero decirte es que no elegimos las circunstancias sino el modo de vivir con ellas.

No es lo que te ocurre sino como afrontas lo que te ocurre

Es responsabilidad nuestra elegir como reaccionamos.

Dejar de preocuparnos y tomar cartas en el asunto.

Eso ya lo sabes, lo has escuchado antes, pero solo cuando lo experimentas y sientes comprendes el poder que tiene.

Yo logre romper con el vicio del victimismo en el momento en el que tomé conciencia de que solo me quejaba de mi circunstancia y claramente no actuaba porque ese desanimo me lo impedía y me quitaba energía vital.

Hoy te digo, tú también puedes vivir un cambio similar.

 

Tomar conciencia de la parálisis de ser víctima

 

Una vez tomé conciencia del mal habito adquirido, inicié el cambio de mi voz interior o dialogo interno.

Procrastinar supone quedarse paralizada en una zona de confort inactiva que solo se cambia cambiando la perspectiva o actitud.

Para tener claridad de ideas hay que lograr conectar con uno misma, ser fiel a una misma y confiar en las habilidades y capacidades.

Una de las frases que mas me ayudaron fueron:

“has de salir de ahí” y “has de ser capaz de construir la vida que te haga sentir satisfecha y orgullosa de ti misma”

Obviamente, hasta ese momento estaba haciendo todo lo contrario.

No estaba haciendo nada más que sufrir. Adoptando una postura pasiva donde sentía lástima de mí misma.

Hoy comprendo que es importante y necesario pasar de la pasividad e inactividad a la decisión y liderazgo de la situación.

Antes no daba crédito a lo que me sucedía.

En aquel entonces mi madre cada vez dependía más de mí y yo ya no tenía casi vida propia.

Sabía que tenia que cumplir mi papel de hija responsable pero me estaba asfixiando.

Convertida en apoyo incondicional de mi madre, fui abandonándome a mí misma y a mis propias metas.

Llegué a sentirme culpable porque no lograba abarcar todo y estaba agotada.

Me sentía agobiada y no veía salida.

Quería abarcar demasiado y alguien llego a decirme: «Has de bajar dos marchas».

«No puedes sobrecargarte porque a este paso vas a enfermar».

Tenia que encontrar un equilibrio en mi vida.

Así que te lo digo; hay que ser consciente de que la voz interior inadecuada, una posición y dialogo interno de víctima, limita, paraliza, bloquea y boicotea cualquier avance y resolución.

 

Comprender que las decisiones dan energía

 

Una vez que tomé la decisión, me quite peso, sentí el poder que tenia y pude abarcar en mas ámbitos de mi vida que había desatendido y que hasta ese momento me hacían sentir culpable porque desempeñando el rol de cuidadora de mi madre desatendía el rol de madre y profesional.

Mientras que al delegar el cuidado de mi madre algunas horas diarias a profesionales con experiencia pude ver su mejoría y también la mía. Me sentí orgullosa de mí misma por haber tomado la decisión.

Me sentí capaz de afrontar cualquier obstáculo.

Y lo más importante, ya no sufro porque no me hablo incorrectamente desde el dolor sino que confío en mis capacidades y decido.

Decidir es super liberador y necesario.

Tomar la decisión cuesta pero una vez tomada ves el cielo despejado y sale el sol. Sientes una sensación de liberación y todo fluye, como un rio que lleva fuerza del agua discurre y lleva fuerza.

Hoy me siento una mujer mucho más poderosa, satisfecha y dispuesta a afrontar los retos y desafíos que se presentan en la vida.

Veo la vida de otra manera. Mas fácil de llevar y no como una carga pesada.

Me siento mucho más alegre y activa porque no llevo un peso excesivo. He dejado de quejarme y de sentirme víctima. Me enorgullezco de mi logro y de llegar a verme como una mujer eficiente que toma las riendas de su vida adecuadamente.

Ahora vivo con mas plenitud y bienestar.

Confío más en mí.

Se puede decir que he recuperado mi fuerza interior y me siento dueña de mis logros, capacidades y tomar decisiones me cuesta mucho menos.

He recuperado la paz, me siento orgullosa de mí misma y satisfecha de mis logros.

Decidir empoderada y liberada de peso.

Tenemos el poder de elegir y decidir el camino que nos haga estar mas satisfechas.

No hacerlo, por el contrario, condena a la parálisis y sufrimiento y a sentir emociones que nos drenan energía como la tristeza y el desanimo.

Ser pasivos y postergar decisiones nos ancla en la infelicidad y sufrimiento.

Todo este cambio de paradigma requiere de un desarrollo interno, conexión con una mismo y fidelidad a ti misma, coherencia entre lo que piensas y lo que haces.

 

Hablarte con la verdad

 

Recuerdas que al inicio te dije que resaltaría la importancia de hablarte con verdad, pues aquí estoy.

Hablarte con la verdad supone poner objetividad al problema. Plantearlo tal cual es y pasar a la acción reconociendo la pasividad que supone hablar con dialogo interno desde la queja, dolor o victicismo.

Si miro atrás, no doy crédito de la transformación sufrida. Porque es un proceso que requiere tiempo.

El logro motiva y recarga para seguir en la misma dinámica constructiva de la vida que queremos para nosotros y que merecemos.

Te lo repetiré una y otra vez, la vida se ve de otro modo si el dialogo interno es desde el logro o triunfo y si con él te animas a seguir avanzando.

Los problemas no desaparecen, pero tampoco no se ven como barreras insalvables, sino que los lidias con otro enfoque más tranquilo y resolutivo.

Tomar decisiones te anima a saborear el triunfo y a fijar metas ambiciosas porque recargas pilas y tu autoconcepto o autoestima aumenta.

Al tomar poder sobre tu vida te ves una persona capaz de afrontar cualquier conflicto y te llegas a sentir surfeando en la cresta de la ola .

Tomar decisiones te predispone a tener una visión y actitud positiva, alentadora y creativa y a no dramatizar evitando el victimismo.

Fuera el rol de “drama queen”

Ves la vida con serenidad y con mas perspectiva, sin angustia o desesperanza sino con mas claridad y confianza en que lo vas a resolver, sin dramatizar, sin angustiarte o desesperarte, ocupándote y no preocupándote mas del problema

Te permite reconocer tus fortalezas, debilidades, capacidad y habilidades

Cuando tomo decisiones esto es lo que siento:

¡¡Vive Maribel, vive!! ¡¡Deja de preocuparte y ocúpate!!

Elimina preocupaciones y disfruta de la vida. Resuelve. No entremos en bucle y “sal de ahí”

Así que os animo a ello para estar mas serenas y en paz con vosotras mismas y las circunstancias que puedan acontecer

 

La solución llega con una perspectiva objetiva

 

Hay que aprender a tomar el control de lo que se puede, delegar lo que se necesita y enfocarte en lo que es importante para ti.

No dejar de ser fiel a una mismo y no olvidar tus propias metas.

Una vez eres consciente de la importancia de cambiar el dialogo interno dejas de sentirte víctima del victimismo y consigues recuperar tu fuerza interior y sentirte dueña de tus capacidades y habilidades, eres mas consciente de tus fortalezas y debilidades y dueña de tus éxitos y logros.

Decidir te permite sentirte poderosa, capaz, libre, dejar de sufrir. Te da más alegría y confianza en ti misma.

Al hacerlo recuperas tu fuerza interior y saboreas el triunfo de tus logros, lo cual motiva y permite seguir cosechando éxitos.

Hay que decir ¡¡Basta!!

Estar estancada en la circunstancia no es lo que quiero para mi vida, nunca más volveré a solo sufrir y preocuparme sin resolver.

Una frase reveladora para mí fue:

Maribel VIVE y no malvive preocupada, cansada y triste.

Ahora vivo!! Y disfruto de la vida en mayor medida.

Gracias por leer mis palabras y espero que mi experiencia te motive a intentarlo también y tomar el poder de tu vida para darte la vida que quieres y mereces vivir.

Con cariño,

– Maribel